domingo, 17 de agosto de 2008
¿hay que preocuparse por M?
en cuanto veo la llamada perdida de a. sé que algo no anda bien. en realidad, vengo esperando ese llamado desde siempre en algún rincón de mi consciencia. tomo coraje, respiro hondo y devuelvo el llamado. a. está almorzando y me pregunta con su amabilidad característica cómo ando después de tanto tiempo, cuatro meses exactamente. hacemos tiempo, los dos sabemos que tiene que decirme algo terrible, la cuestión es cuán terrible. ¿si sé algo de M? no, desde que nos separamos. entonces, la confirmación de todos mis miedos: nadie sabe nada de M desde hace cuatro días, el padre está haciendo la denuncia en la policía. desapareció sin dejar rastro, no va a trabajar, no atiende el celular ni responde mails. en un segundo, me pasan como una película en fast forward las últimas imágenes de M, que se detiene para escucharlo decir: no sé, yo te quiero; si no fuera por ustedes que me cuidan, yo hubiera dejado de sufrir hace tiempo; quedáte tranquila, voy a dejar que pase tiempo antes de hacer algo si nos separamos, no te dejaría jamás cargar con esa culpa. no me siento culpable pero tengo miedo. poco me importa en este momento si le dije que no quería saber nada de él nunca más, y remarqué nunca más; pienso en llamarlo, pero no recuerdo el número. tengo miedo también de quedarme con M en la cabeza, pero finalmente no pasa. sigo con mi día como si nada, termino mis clases y llego a casa, fumada y cansada. en mi casilla de mails, una foto de M con la cara desencajada, flaco como un escuerzo, es de cuando nos separamos en el verano. si lo viste, avisáme, dice el subject. M en los cartones de leche que piden información sobre missing children. ¿cómo se llega a esto? le escribo a a. con la esperanza de que haya aparecido y él se haya olvidado de avisarme, pero nada. es una incógnita. pienso si M habrá tenido finalmente el coraje para acabar con su vida y me siento una hija de puta por sentir que tal vez sería lo mejor. pienso si se habrá tomado el palo y anda por algún pueblito con su atadito a lunares a cuestas, liberado finalmente de todo eso que él decía que lo oprimía en buenos aires. pienso por cuánto tiempo no sabremos de él. espero que por poco.
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3 comentarios:
alguna novedad?
nada de nada, che. no news is good news, anyway.
maldito psicopata!
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