Dice que está bien. Tú dices que estás bien y piensas que ella debe de estar realmente bien. Su mirada es bellísima, como si viera por primera vez las escenas que deseó toda su vida.
Después llega el aliento a podrido, los ojos huecos aunque ella diga (mientras tú permaneces callado, como en una película muda) que el infierno no puede ser el mundo donde vive. ¡Corten este texto de mierda!, grita. El caleidoscopio adopta la apariencia de la soledad. Crac, hace tu corazón.
de Prosa del Otoño en Gerona
2 comentarios:
no sabía que habías vuelto a la blogósfera, cuànto me alegro, amiga!!!!
viste, viste, viste?
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