"Pero el problema no fue muy distinto en la industrialización de la metrópolis: (...). En Inglaterra, durante el siglo XVI, masas ingentes de campesinos, jornaleros, pequeños aparceros y antiguos sirvientes fueron arrojados de sus tierras y apartados de sus medios de subsistencia sin otras pertenencias que su capacidad laboral nuda. Ahí estaba la base humana de la Revolución Industrial, el futuro proletariado, pero muchos de estos nuevos 'trabajadores libres', libres de cualquier forma de propiedad que no fuera la propiedad ajena, preferían vagabundear y vivir de raíces y de la caridad pública y privada antes que vender su fuerza de trabajo en las condiciones reinantes en la naciente industria. (...) De ahí -escribe Marx- que a fines del siglo XVI proliferara en toda Europa Occidental una legislación sanguinaria contra la vagancia (...)."
Fernández Enguita, M. La escuela en el capitalismo democrático, Universidad Autónoma de Sinaloa, México, 1987.
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